A no ser que vivas en otro planeta, a estas alturas ya habrás oído hablar de los beneficios de hacer ejercicio. Pero, ¿ejercicio en el trabajo? ¿De verdad hace falta hacer que los lunes sean todavía más difíciles? Pues en realidad, hacer ejercicio te los hará más fáciles.
Avui dia a la majoria de persones se’ns barregen dos problemes: estem acostumats a un ritme de vida més aviat sedentari, especialment les persones que treballen a oficines o davant d’un ordinador, i la falta de temps. Acabem pagant un gimnàs per anar-hi tres cops l’any, i és clar, en un determinat moment, ens hi esborrem. I com que ens hi hem esborrat, no hi anem. El peix que es mossega la cua.
El hecho de hacer ejercicio en el trabajo es un concepto relativamente nuevo en nuestro país, aunque en otros como Japón o Estados Unidos hace ya tiempo que las propias empresas facilitan el tiempo y el espacio para hacer ejercicio, ya sea una sala de gimnasio o al aire libre.
¿Por qué es bueno hacer ejercicio en el trabajo?
En si, hacer ejercicio lo hagamos donde lo hagamos, pero hacerlo en nuestro lugar de trabajo, aunque no es como correr en la playa o en un bonito parque, puede tener ventajas muy interesantes.
- Aprovechamos más el tiempo: no tenemos que desplazarnos hasta el gimnasio o donde sea para hacer ejercicio, y podemos aprovechar el tiempo de descanso al mediodía para hacerlo.
- Desconectamos del trabajo: Parar cinco o diez minutos para hacer ejercicio nos ayuda a relajarnos y reiniciarnos para afrontar con más ganas la siguiente tarea.
- Es más económico: No hace falta pagar un gimnasio, ni ropa deportiva o complementos.
- Además, hay que tener en cuenta los beneficios que tiene por si solo el hecho de hacer ejercicio: Nos sentimos mejor tanto a nivel físico como emocional, ya que producimos más serotonina y endorfina, dos sustancias neurotransmisoras que genera nuestro cuerpo responsables respectivamente de las sensaciones de placer y de alegría y felicidad.
Además, hay que tener en cuenta los beneficios que tiene por si solo el hecho de hacer ejercicio: Nos sentimos mejor tanto a nivel físico como emocional, ya que producimos más serotonina y endorfina, dos sustancias neurotransmisoras que genera nuestro cuerpo responsables respectivamente de las sensaciones de placer y de alegría y felicidad.
5 trucos para hacer ejercicio en nuestro lugar de trabajo
1. Trabajamos los abdominales
La acumulación de grasa en la parte del abdomen suele ser una de las consecuencias más habituales de la vida sedentaria.
Para conseguir un vientre plano, o por lo menos más plano que el que tenemos (no olvidemos la importancia de unos buenos hábitos alimentarios…), nos sentamos en la silla con la espalda recta y contraemos el abdomen mientras inhalamos profundamente, aguantamos unos segundos, dejamos ir el abdomen y exhalamos. Podemos repetir hasta ocho veces.
2. Reforzamos los glúteos
Los glúteos son una de las partes del cuerpo que más acusa los efectos de estar sentados durante muchas horas. Pero podemos trabajarlos fácilmente.
No hay ni que levantarse de la silla. Con la espalda bien recta, contraemos los glúteos entre 20 y 30 veces. Repetimos el ejercicio dos o tres veces.
3. Piernas estilizadas
Hacer ejercicios de piernas mientras trabajamos nos ayuda a reforzar la musculatura y mejorar la circulación, otro de los problemas recurrentes en las personas que pasan demasiadas horas sentadas.
El ejercicio de piernas es muy fácil: Mientras estamos sentados, levantamos cada pierna alternativamente o bien las dos a la vez. Contraemos la musculatura cuando las tengamos arriba de todo. epetimos entre 6 y 8 veces. Una vez hecho esto, ponemos las piernas rectas y las rodillas cerradas. Poco a poco abrimos las piernas al mismo tiempo que contraemos los abdominales.
Después, todavía en la silla, ponemos los pies en el suelo y levantamos las piernas hasta dejar solo las puntas tocando a tierra. Este ejercicio va muy bien para reforzar los gemelos.
4. Brazos relajados
Los hombros y los brazos suelen cargarse bastante en determinados tipos de trabajo. Para relajarlos, sentados en la silla y con la espalda recta, levantamos los brazos hacia el techo, con las manos cruzadas y las palmas hacia arriba.
Mantenemos la postura durante unos segundos, mientras hacemos presión con las palmas de las manos y respiramos profunda y lentamente. Después, nos inclinamos hacia un lado y otro sin mover la pelvis.
5. Para acabar, un poco de cardio
Si tenemos cerca unas escaleras, aprovechemos para subirlas y bajarlas a buen ritmo. Hay que hacerlo con la columna recta, sin cargar el peso hacia delante. Si además movemos los brazos con energía mientras subimos y bajamos, trabajaremos todavía más los músculos del cuerpo. Cuidado, si hay algún problema de rodillas, ya que podemos sobrecargarlos.
Por descontado, cada persona debe valorar su estado físico, si tiene alguna lesión o no, o si necesita ir al fisioterapeuta, o hacer algún otro tipo de ejercicio adaptado a su constitución y estado físico. Lo que importa es cuidarnos y estar bien tanto a nivel físico como mental.